sábado, 17 de mayo de 2014

Talleres

Sanatorios, hospitales, clínicas... talleres de reparación de personas. Siempre con algo de siniestro, tanto en el sentido automovilístico y siguen las similitudes, como en el infausto. Parecen salvarse las maternidades aunque también allí los felices alumbramientos de nuevas personitas puedan terminar en tragedia. Y mejor no hablar de geriátricos, manicomios...
Y si vamos al hospital a que te quiten el dolor de tripita, a que te pongan una rodilla nueva, a que te extraigan un maldito tumor... ¿por qué son lugares tan desagradables si sólo pretenden curarnos?.
Yo que soy poco pusilánime y que estoy acostumbrada a esos talleres me sigo sintiendo como en el colegio de las monjas... hay que obedecer y hacerte la sumisa y siempre esperar tener la gran suerte de encontrarte con personal amable y simpático, que los hay y muchos. Pero también existen los trabajadores con muy mala follá que convierten tu vulnerabilidad en un auténtico suplicio. Mil gracias a los primeros y que les den (que se las darán) a los segundos.
Creo que el problemas principal se parece a lo que ocurre con la Astrofisica y la Física Cuántica: nunca llegan a encontrarse, a encajar. Así el médico que es especialista en rodillas le dices, rápido y de pasada, que no puedes dormir y se limita a darte un Lexatin. ¿Por qué la ciencia médica no sabe aunar la parte física y la espiritual? ¿Quién decidió que eran cosas aparte y separadas?.
En fin, el tema da para mucho pero yo sólo quería dar vítores porque tengo una rodilla nueva y espero dejar la muleta y los dolores por una larga temporada. No voy a bailar como Ginger, y menos aún como Fred, pero algún meneíto ya me daré y haré con más gusto todavía eso que se me da tan bien: disfrutar la vida.

Amigas, amigos (ya sabéis quienes sois): GRACIAS CON EL CORAZÓN por estar ahí y por todo lo que me habéis ayudado. Sin vosotras mi operación sí hubiese sido posible, todavía funcionan algunos servicios sociales, pero todo hubiera sido muchísimo más difícil y doloroso. 


Eufóricos brotes verdes bajan por la gomita del gotero


Hospital de san Rafael. Dibujo a lápiz. 15-5-2014

4 comentarios:

  1. ELENA!!!!!!

    La comunicación escrita tiene una profundidad que no tiene a la conversación hablada, así que, leerte en el blog me impactó profundamente!!

    E hice un paralelismo, recordé que desde el primer momento de mi aventura londinense, tuve la inquietud de ir plasmando por escrito todas las vivencias y pensamientos experimentados en aquella experiencia que para mí, era un punto de inflexión. Y te entendí y empalicé y me sentí orgullosa de ti y de como afrontas este nuevo escollo que te plantea la vida; y satisfecha de haber estado ahí, compartiendo contigo, y buscando en la agenda el momento de un nuevo ratito.

    Muchos, muchos, muchos besos!

    Gloria

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    1. Gracias por el comentario amiga, y por compartir! si a veces hay que escribir nuestras cosas para entendernos mejor

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  2. Hola Elena, me alegra la vista y el entendimiento haber encontrado tu blog (más bien me lo has presentado tú) y saberte un poquito más. Me fascina tu afición al autorretrato y tras leerte y admirarte voy entendiéndote o mejor decir que voy recreándote para mi comprensión de la otra. Tú, espejo de mí, disfraz de mi mente que te proyecta para confrontarme. Cuando doy capotazos a la vergüenza. En mi estorbada facultad para el canto y velada pericia en la audición. Con tardía afusión en la lectura. Más Tallerista que votante, tu blog no me deja indiferente y agradezco el encuentro.
    Besosssssss!!

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    1. Muchas gracias Juan Carlos, no me esperaba ningún comentario. Tú si que sabes de blogs, de valentía y de poesía.
      Un beso enormeeeeeeeeeeee

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